Ixanar Uriza
Dale, dale, dale… no sólo una vez al año
El conocido escritor Edward de Bono dice en la introducción a su libro Aprende a pensar por ti mismo que “Las ruedas traseras de un coche puede que sean excelentes, pero siempre serán inadecuadas.”
Del mismo modo, me parecen excelentes las actividades navideñas mediante las cuales muchas personas expresan su generosidad y sentido de compartir con quienes tienen menos oportunidades o se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Como cada año, en escuelas y colonias, entre amistades y colegas del trabajo sucederán una gran cantidad de iniciativas para acopiar y regalar juguetes, calzado, ropa, cobijas.Seguramente para quienes reciban estos artículos serán gratamente recibidos y aprovechados.
Lo inadecuado de estas acciones es que, como las ruedas traseras de un auto, son insuficientes para que éste pueda andar. Un evento al año es algo apreciable, sin embargo, su alcance es limitado, difícilmente se puede decir que llega a cambiar la vida de las personas.
¿Cómo sacar el mejor provecho de esta época para contribuir mejor? En primer lugar, realizar una reflexión profunda y sanamente crítica acerca de cuál es el objetivo principal, y considerar quiénes están al centro de la acción, evitando así la reproducción de dinámicas asistencialistas que acentúan la desigualdad.
Promover la participación activa de todas las personas involucradas para el diseño y realización del evento, así como la selección de obsequios adecuados (por ejemplo, evitar los juguetes bélicos o los que reafirman estereotipos de género) y de preferencia útiles o duraderos( ¡atención con los regalos de ropa! Si no está en condiciones de uso digno, es mejor hacer upcycling ).
Si el evento y los regalos se harán con una organización civil, optar por aquellos que contribuyan o complementen el modelo de trabajo de la misma.
Existen algunas organizaciones que afortunadamente cuentan con más de un grupo interesado en llevarles“posada”. Esto da la oportunidad de ampliar el panorama para apoyar además de aniñas y niños, a quienes no suelen ser recordadas con la misma facilidad,particularmente las personas de la tercera edad.
Para muchas personas, esta es una festividad de naturaleza religiosa, por lo que es importante recordar que las organizaciones civiles por ley no tienen permitido realizar actividades de proselitismo religioso, evitando excluir a cualquier persona por estos motivos.Así, podemos convivir sanamente ejerciendo y defendiendo el derecho a la libertad de creencias.
Por último, y tal vez lo más importante, explorar alternativas para vincular el momento del evento con alguna iniciativa de mayor alcance a lo largo del año.
¿Qué tal si en lugar de una piñata en diciembre,participamos todo el año? Todas y todos podemos poner nuestro tiempo, talento,conocimientos, experiencia, esfuerzo y recursos en proyectos sociales que además de contar con actividades recreativas, cuenten con espacios para la educación, el desarrollo y la promoción de los derechos.